martes, 1 de febrero de 2011

"DELANTE DE LAS CANAS TE INCLINARÁS"

“DELANTE DE LAS CANAS TE INCLINARAS”
            El título nos lleva a pensar en las personas de mayor edad que la nuestra, a los que a veces despectivamente llamamos ancianos y por haber llegado a cierta edad, los desechamos, aislamos y olvidamos.
¿Cuántas veces los hemos hecho sentir que son un estorbo?, ¿Qué la comida que ingieren nos hace falta?, ¿Qué ya son un fastidio en la familia?, ¿Qué ya no producen, que sólo consumen?  Y  muchos pensamientos que llegan a la mente cuando tenemos cerca a un hombre o mujer de esta edad. Llamada ahora la “edad de oro”. Qué bien es este título, si fuera practicado y reconocido por cada persona que al tener cerca a un “anciano/a”, entendiera que esa persona llegó a una etapa en la cual debe ser reconocido, respetado, admirado, honrado, ayudado y oído.
¡Cuánta sabiduría y conocimiento hay en un “anciano”!  Desafortunadamente en la vida tecnológica, automatizada y veloz que vivimos no apreciamos, ni tomamos el tiempo para escuchar a estos hombres y mujeres que tienen mucho que decirnos y enseñarnos. Pensamos que lo sabemos todo, y lo que no, lo consultamos a través de los medios electrónicos. Claro que podemos hacerlo, pero no nada hay tan especial, afectivo y personal que escuchar a un “anciano”, contar de las experiencias de la vida, de cómo pudo resolver los problemas que nosotros pasamos igual. Hablar sobre aquello que hoy vemos como historia y que él vivió en un momento de su vida. Cómo con su entereza, con sus principios que nunca negoció, y con su fe pudo superar tormentas, angustias, vivencias desesperantes y salió victorioso.
Recordemos que igual, nosotros también un día llegaremos a esta edad. Nos gustaría que nos trataran bien, nos amaran, nos atendieran, nos escucharan y respetaran, así queremos que nos traten cuando llegue el tiempo de nuestra “edad de oro”. Esto podremos recibirlo, si sembramos ahora esto mismo en los ancianos que tenemos a nuestro alrededor, en la familia, en el barrio, en la comunidad, en la ciudad en el mundo. “Lo que siembre hoy, mañana lo cosecharé” Esta es una ley de la vida inexorable.
Termino con el consejo de la Biblia: “CUANDO ESTÉN ANTE UN ANCIANO  O ALQUIEN MAYOR DE EDAD, MUESTREN RESPETO Y PÓNGANSE DE PIE”. Levítico.19:32


Alvaro Serna M

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