INDIGENTES QUE DESPRECIAN UNA FORTUNA

INDIGENTES que desprecian una FORTUNA

La búsqueda que iniciaron a través de la prensa, la radio y la televisión es la más insólita de que se tenga conocimiento. Con mensajes cortos acompañados de fotografías de la época en que estaba joven, un grupo de abogados busca afanosamente a Lorena Turner, una mujer que hoy debe rondar los cincuenta años de edad y quien, pese a encontrarse desaparecida desde hace treinta años, es la heredera de una cuantiosa fortuna en los Estados Unidos.

La última información que tuvieron sus familiares indica que se encontraba en un suburbio neoyorquino recogiendo basuras, rodeada de personas sumidas en la indigencia.

Su sino trágico inició a los 16 años cuando a raíz de padecimientos mentales la retiraron de la secundaria.  Años después contrajo matrimonio con un militar, de quien tuvo tres hijos. Constantes altercados con su suegra a lo que se sumaron sus desvaríos, llevaron a que literalmente la echara de su casa. A los niños los dieron en adopción.

Desde ese momento nadie volvió a saber de Lorena, excepto el día que notificaron sobre su condición de heredera. Aunque es millonaria, sigue viviendo en la miseria...

DIOS nos ofrece una NUEVA VIDA

La historia de Lorena Turner se repite en cada uno de nosotros. Aunque pudiéramos disfrutar la enorme fortuna de una vida con propósito, seguimos sumidos bajo el peso de la indigencia personal y espiritual. Somos semejantes al hijo pródigo ¿lo recuerda? Es el relato que hizo el Señor Jesús de alguien que dilapidó su herencia y terminó cuidando cerdos.

En medio de su crisis reflexionó: “Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti... Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.”(Lucas 15:17, 18, 20 a.)

Dios es ese Padre. Está esperando por su vida. Piense por un instante que no tiene sentido seguir así, agobiado por las crisis mientras que enfrente suyo se abre un panorama prometedor. Hay posibilidades nuevas. La vida tiene sentido. Pero basta que tome esa decisión. No debe seguir como hasta ahora, inmerso en un caos. Sus días pueden ser diferentes. Ábrale el corazón a Jesucristo. Su existencia será diferente...

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