miércoles, 27 de abril de 2011

VEN Y COMPRUEBALO


 La primera respuesta dada al primer incrédulo es la única que hace falta.

Cuando Natanael dudó que algo bueno pudiera salir de Nazaret, la respuesta de Felipe fue simple. “Ven y compruébalo”. La pregunta de Natanael sigue resonando: “¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?” ¿Han cambiado este mundo dos mil años de cristianismo? ¿Vale la pena estudiar la vida del joven carpintero de Nazaret?

La pregunta sigue en pie. Y la respuesta de Felipe sigue satisfactoria. Ven y compruébalo.

Ven y comprueba la roca que ha sobrevivido los embates del viento de los tiempos.
Oye su voz. La verdad inconmovible, la gracia inmaculada, la lealtad sin cobardía.
Ven y comprueba la llama que los tiranos y los déspotas no han podido extinguir.
Ven y comprueba la pasión que la opresión no ha aplastado.
Ven y comprueba los hospitales y los orfanatorios levantándose junto a las ruinas del humanismo y del ateísmo.
Ven y comprueba lo que Cristo ha hecho.
Ven y comprueba el gran drama que se ha tejido a través de veinte siglos de historia y arte.

Handel llorando mientras compone El Mesías.
Da Vinci suspirando mientras pinta la Última Cena.
Miguel Ángel dando un paso atrás en busca de la perspectiva de la escultura de su David y pidiéndole que hable.

¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret? Ven y compruébalo.

Comprueba cómo Wilberforce lucha por la libertad de los esclavos en Inglaterra, porque creía.
Comprueba que Washington ora en Valley Forge, porque creía.
Comprueba que Lincoln solo lee su Biblia de hojas gastadas, porque creía.

¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret? Ven y compruébalo.

Ven y comprueba las vidas cambiadas:
·         El alcohólico ahora es sobrio.
·         El amargado ahora tiene gozo.
·         El avergonzado ahora es perdonado.
·         Ven y comprueba los matrimonios reconciliados.
·         Los huérfanos adoptados, los presos inspirados.

Viaja hasta la selva y escucha los tambores marcando alabanzas. Entra a hurtadillas por los rincones del comunismo y comprueba que los creyentes adoran bajo amenaza de muerte.
Camina por las celdas de los condenados a muerte y nota al preso que aunque el hombre condenó, Dios lo liberó. Aventúrate en las cárceles y los calabozos del mundo y escucha las canciones de los salvos que rehúsan mantenerse en silencio.

¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?

Ven y comprueba la mano horadada de Dios tocando el corazón más humilde, enjugando las lágrimas del rostro arrugado y perdonando el pecado más horrible.

Ven y compruébalo.
Ven y comprueba la tumba. La tumba una vez ocupada, ahora vacante; la sepultura una vez sellada, ahora vacía. Los cínicos han construido sus teorías, los incrédulos han salido con sus preguntas. Pero sus reflexiones continúan fundiéndose a la brillante luz de la mañana de resurrección.

Ven y compruébalo. Él no evita a quienes indagan. No pasa por alto a quienes investigan. No teme a los que buscan. Ven y compruébalo. Natanael comprobó. Y Natanael descubrió: “Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”.

Alvaro Serna M.

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