lunes, 7 de marzo de 2011

LIMPIA EL LADO OSCURO

LIMPIA EL LADO OSCURO…
            David Coombe, era un zapatero remendón que vivía en un sucio cuchitril de un barrio marginado de la ciudad, siempre se quejaba diciendo: “Qué desgracia vivir en este tenebroso agujero, nunca entra aquí un rayo de sol”. De pronto tuvo una visión, alguien apareció para decirle:- yo te enseñaré como atrapar los rayos del sol. Lo que debes de hacer es algo brillante, puro, lleno de energía, perseverancia, laboriosidad, fe, esperanza, caridad y alegría. Si lo haces así David, no volverás a quejarte de que ningún rayo de sol viene a tu vivienda para iluminarla-.
Al despertar, lo primero que hizo David, fue limpiar  los vidrios de la ventana de su tugurio, que desde hacía muchos años estaban empañados por el polvo y la suciedad. De esta forma sí pudieron entrar los rayos del sol. David, limpio el lado oscuro de su habitación y el sol entró para darle luz y calor.
Cuántas veces pensamos que lo que estamos viviendo, no tiene salida, no hay camino o puerta para salir, o sencillamente no vemos ninguna luz para resolver el problema. Debemos de hacer el ejercicio de “limpiar el lado oscuro”, sacarle brillo si es necesario y darnos cuenta que sí hay salida, que sí hay camino, que sí hay una puerta de salida y mucha luz para encontrar la solución, a las dificultades y escollos de la vida.
Salomón, el rey de Israel, hombre sabio, famoso y rico escribió de la siguiente manera: “El corazón alegre hermosea el rostro; más por el dolor del corazón el espíritu se abate”. Y añadió: “Todos los días del afligido son difíciles; más el de corazón contento tiene un banquete continuo”. Proverbios. 15: 13,15.
¿Qué podemos hacer si todo lo estamos viendo oscuro?... Sencillo: intente “limpiar el lado oscuro” de esa situación, circunstancia, pérdida o problema. Pida a Dios ayuda, Él se la dará, empezará usted a ver el sol, la solución a todo aquello que veía oscuro.
Un hombre de humor, durante su enfermedad, el médico notó con preocupación por la mañana que tosía con mucha dificultad, a lo que el enfermo contestó: “Pues es muy raro, porque durante toda la noche estuve ensayando”.
 Debemos aprender a ser optimistas aún en medio de las circunstancias más adversas que podamos vivir. A tener fe en medio de la oscuridad del camino que tenemos que recorrer diariamente.
Termino con una promesa de la Sagrada Biblia: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” Romanos. 8:28a

Álvaro Serna M

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