David Coombe, era un zapatero remendón que vivía en un sucio cuchitril de un barrio marginado de la ciudad, siempre se quejaba diciendo: “Qué desgracia vivir en este tenebroso agujero, nunca entra aquí un rayo de sol”. De pronto tuvo una visión, alguien apareció para decirle:- yo te enseñaré como atrapar los rayos del sol. Lo que debes de hacer es algo brillante, puro, lleno de energía, perseverancia, laboriosidad, fe, esperanza, caridad y alegría. Si lo haces así David, no volverás a quejarte de que ningún rayo de sol viene a tu vivienda para iluminarla-.
Al despertar, lo primero que hizo David, fue limpiar los vidrios de la ventana de su tugurio, que desde hacía muchos años estaban empañados por el polvo y la suciedad. De esta forma sí pudieron entrar los rayos del sol. David, limpio el lado oscuro de su habitación y el sol entró para darle luz y calor.
Cuántas veces pensamos que lo que estamos viviendo, no tiene salida, no hay camino o puerta para salir, o sencillamente no vemos ninguna luz para resolver el problema. Debemos de hacer el ejercicio de “limpiar el lado oscuro”, sacarle brillo si es necesario y darnos cuenta que sí hay salida, que sí hay camino, que sí hay una puerta de salida y mucha luz para encontrar la solución, a las dificultades y escollos de la vida.
Salomón, el rey de Israel, hombre sabio, famoso y rico escribió de la siguiente manera: “El corazón alegre hermosea el rostro; más por el dolor del corazón el espíritu se abate”. Y añadió: “Todos los días del afligido son difíciles; más el de corazón contento tiene un banquete continuo”. Proverbios. 15: 13,15.
¿Qué podemos hacer si todo lo estamos viendo oscuro?... Sencillo: intente “limpiar el lado oscuro” de esa situación, circunstancia, pérdida o problema. Pida a Dios ayuda, Él se la dará, empezará usted a ver el sol, la solución a todo aquello que veía oscuro.
Un hombre de humor, durante su enfermedad, el médico notó con preocupación por la mañana que tosía con mucha dificultad, a lo que el enfermo contestó: “Pues es muy raro, porque durante toda la noche estuve ensayando”.
Debemos aprender a ser optimistas aún en medio de las circunstancias más adversas que podamos vivir. A tener fe en medio de la oscuridad del camino que tenemos que recorrer diariamente.
Termino con una promesa de la Sagrada Biblia: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” Romanos. 8:28a
Álvaro Serna M
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